La abogada -quien ocupa el más alto cargo de la Defensoría Penal Pública en la región de Coquimbo- es oriunda de la comuna elquina y será reconocida con la distinción “José Joaquín Vicuña y Larraín”.

A sus 56 años, Inés Lorena Rojas Varas recuerda con emoción su infancia en calle O´Higgins entre Carrera y Prat en la ciudad de Vicuña, lugar en el que se ubicaba la casa de su familia, integrada por sus padres profesores y sus 5 hermanos. Hoy, sobre ese espacio se construyó la actual escuela Lucila Godoy Alcayaga.

Inés es abogada de profesión, quien posee una reconocida y vasta trayectoria en materia legal y académica, elementos que le permitieron asumir el cargo de Defensora Regional en la Defensoría Penal Pública de Coquimbo en el año 2021.

En el marco de la celebración del aniversario 203 de Vicuña, Rojas Varas fue elegida para recibir la “Distinción Joaquín Vicuña y Larraín”, reconocimiento que recibió con sorpresa y gratitud. Sobre esta notificación, su vida en Vicuña y otras temáticas se refirió en la siguiente entrevista.

¿Cómo recuerda su niñez y estas calles que la vieron crecer?

“Efectivamente, yo viví en este sector, de hecho mi casa estaba en donde se encuentran los cimientos de la escuela Lucila Godoy Alcayaga, y la casa familiar que mantenemos hasta el día de hoy, está acá en frente. Mi infancia fue hermosa, al que quiera escucharme le puedo decir que si tengo fuerza y fortaleza en estos momentos de mi vida es por la maravillosa infancia que tuve. En mi época las calles no estaban pavimentadas, había muchos árboles, muchas moreras que casi no existen y me pasé gran parte de mi infancia andando         en bicicleta con mis hermanos, yendo a bañarme en el río con mis papás y juntándome con mis amigas en la plaza”.

¿Recuerda alguna historia de aquel entonces?

“Yo tenía un grupo de amigas que mantengo hasta el día de hoy. Las que nos juntábamos teníamos una especie de club en casa de Leila Gres, una compañera que, en esa época, tenía familia vicuñense y hacíamos un montón de cosas entretenidas. Lo normal era, por ejemplo, que los días domingo fuéramos a misa y, después, nos juntáramos con las amigas en la plaza”.

Actualmente, se desempeña como Defensora Regional, un cargo muy importante, pero ¿cómo surge el interés por dedicarse al mundo de la justicia y las leyes?

“Yo entré a estudiar a la escuela de derecho un poco influenciada por mi hermano, que también es abogado, porque yo quería ser arqueóloga, pero me convencieron en ese momento, entré a estudiar a la Universidad de Chile, no había escuelas en la región, y luego, cuando me titulé, volví a vivir a La Serena porque residía en Santiago en ese momento, y regresé a donde vivían mis padres. En ese quehacer de mis inicios profesionales me di cuenta y conocí a la Defensoría Penal Pública, recién iba a partir la Reforma Procesal Penal en el año 2000, y de ahí, nació mi vocación de servicio. Mantengo 23 años en la institución y lo que más me llama es ayudar a las personas y defender los derechos de todos”.

Hace algunas semanas, en el lanzamiento del Servicio Nacional de Reinserción Social Juvenil tuvo la chance de entregar unas palabras en la ceremonia junto al presidente de la República, Gabriel Boric. ¿Qué significó para usted ese momento?

“Fue una instancia muy importante, también algo inesperado. Me pidieron que diera unas palabras ante el presidente respecto a un tema que va a tratar la nueva ley de reinserción social juvenil como es la mediación penal, fue muy emocionante estar frente al presidente, poder expresar estas palabras y, ahí, quise recalcar que soy vicuñense. Ahora, el porqué siempre destaco eso es porque sé que las personas de regiones o de lugares más rurales pueden llegar a tener un buen cargo y aspirar a más, me gusta que las personas que estamos en zonas regionales y más en localidades pueden lograr sus sueños”.

Ahora, pasando al reconocimiento municipal, ¿cuál fue su reacción, su sentir o las emociones al enterarse que había sido elegida para recibir la “Distinción José Joaquín Vicuña y Larraín” en un nuevo aniversario fundacional?

“Primero, fue una gran sorpresa porque no me lo esperaba, y segundo, un gran agradecimiento hacia el alcalde, los concejales y, en general, a las personas que viven en la comuna, porque es un reconocimiento que viene a sellar una historia de vida ligada a Vicuña que con mucho cariño he manifestado por esta ciudad. Siento que he sido una embajadora de Vicuña en todos los lugares a los que voy, yo siempre digo: ‘soy vicuñense’, lo digo siempre y en donde sea. Emocionada compartí este reconocimiento con mi familia, quienes están todos orgullosos, muy contentos; mis hermanos que son vicuñenses están emocionados, y, también, seguir la senda de mi papá (Julio Raúl Rojas) que es hijo ilustre de Vicuña”.

¿Este reconocimiento tiene alguna dedicatoria especial?

“Claro, al alcalde, a los concejales y a todas las personas que intervinieron para darme este reconocimiento, estoy muy feliz y quiero que sepan las autoridades y los miembros de la comuna de Vicuña que seré siempre la mejor representante de este lugar”.

Finalmente, ¿cuál es su visión, los desafíos que ve para Vicuña y su gente?

“Para mí, esta es una comuna perfecta, creo que acá se mezcla la modernidad -que se ha logrado con los años-, pero también, aún mantiene ese aire de pueblo rural. Creo que Vicuña tiene muchos desafíos, debe convertirse, más de lo que ya es, en la comuna base del valle de Elqui, que se destaque por su hermosura, y, personalmente, yo quiero terminar mis días acá, apenas finalice mi proceso laboral me vendré a vivir aquí al frente, con mi marido y, así, culminar nuestra vida en el lugar más lindo del mundo”.